Antes de que ustedes naciesen, hubo un tiempo en que las gentes pedían consejo al Drago de los Recuerdos. Todos los seres vivían en armonía con el aire, la tierra y el agua.
Magec iluminaba el cielo cuando una gran nube llenó de sombras, más negras que la noche, toda la isla de Samborondón. En esta oscuridad nació un ser sin corazón llamado Guayota, y con él los Tibicenas, las desgracias, el infortunio y la tristeza. A partir de ese momento el gran árbol, el Drago de los Recuerdos, nunca más volvió a hablar. Dice la Leyenda que sólo aquel que cumpla cien años y tenga un gran corazón, será iluminado por Magec, poseerá la clave para librar la voz del Drago y volverán a respetarse todos los seres: mujeres, hombres, plantas y animales.
“La Leyenda del Drago” fue visto por más de 30.000 espectadores en menos de un año y batió todos los récords y expectativas imaginadas.