Un ratoncito pobre, muy pobre, requetepobre, busca un pedacito de queso que regalar a la ratita, Maria de las Angustias Soledad Dolores del Carmen del Perpetuo Socorro, para que se quede a jugar con él. Pierde todas las esperanzas cuando, por error es acusado de ladrón. Su amigo Pablo Piedra, le ofrece un Chípete y Chápete, capaz de solucionar todos los problemas.
Chípete y Chápete es una expresión que se recoge en los pasos de Lope de Rueda, probablemente heredada por este desde su faceta de titiritero.
Cuentan los biógrafos de Cervantes que en su niñez, en Andalucía, asistía a las representaciones de Títeres de Lope de Rueda. Una experiencia que le sirvió para recrear su célebre retablo de Maese Pedro en el Quijote.
Este espectáculo se inspira en la pieza breve de Javier Villafañe, “Chímpete, Chámpata” quién a su vez, bebió de la tradición más profunda; a la que debemos mirar constantemente para trasladar a las nuevas generaciones las emociones que los títeres, desde siempre, han sabido transmitirnos.